Grupo de diálogo

El grupo de diálogo se basó en la aplicación de las prácticas dialógicas con un enfoque construccionista y social. Estaba dirigido principalmente a personas que estaban atravesando crisis o lo hubiesen estado, tuviesen preocupaciones, dudas, miedos, inquietudes… que les dificultasen su día a día. Al grupo cada cuál podía invitar a las personas que considerase significativas para la superación de los conflictos y que desease que participasen (familiares, amigos, vecinos, etc.). El grupo se tomaba como una sociedad conversacional, una comunidad de aprendizaje, donde pasar del monólogo al diálogo en un entorno de autogestión y apoyo mutuo.

La expectativa era que de este modo aparecieran nuevas narrativas que pudiesen dar soluciones a los problemas, que el grupo permitiese sostener discusiones que incluyesen a más voces, de forma más compleja y menos endogámica que las que se pensaba que acontecían en el contexto individual y familiar. La propuesta era que los participantes desempeñasen un papel activo en su propio proceso personal y en el de los otros, en un espacio en el que pudiesen cuestionarse a sí mismos y entre sí y aprovechar lo que pasaba en el propio grupo para entender cosas. Se entendía que era una forma de abordaje sencilla, práctica y humana, que suponía una manera más ecológica y democrática de entender y actuar sobre la problemática del ser humano que las basadas en el modelo biomédico imperante en la psiquiatría española. Intentaba proporcionar cuidados éticos, abandonando los moralistas y paternalistas.  El potencial del grupo eran en sus participantes, que acudían para ofrecer ayuda o recibirla. 

La entrada al grupo era libre y gratuita, y la frecuencia quincenal. Se trataba de un grupo abierto, donde siempre era posible que fuese gente nueva. No había petición de asistencia continuada, se podía ir siempre, de vez en cuando, puntualmente…, aunque recomendábamos permanecer un mínimo de 4-5 sesiones para hacerse una idea de la dinámica y las formas de comunicación que se generaban, para poder hacerse una idea del espacio y del sentido que podía tener. 

El grupo se reunía en La Ingobernable (Madrid), empezó el 24 de enero de 2022 y terminó en julio de 2022, tras el desalojo del centro social.